¿POR QUÉ ELEGIMOS PASARLO MAL?

Hay muchas personas a las que les gustan las películas que les “remuevan el estómago y la conciencia”, que les den qué pensar, aunque no siempre terminen bien. Hasta hace bien poco, yo era una de esas personas. No me importaba salir del cine con un nudo de vuelta completa y dos medias puntadas en la garganta si había conseguido lo que creía que era una ‘catarsis espiritual’. Esto ya no es así. Cambié los sofocones por las buenas comedias –ni qué decir tiene que voy menos al cine- o por historias en las que “el malo la paga”, que para eso es ficción y puedo elegir. Y la verdad es que el proceso catártico es mucho más reconfortante e igualmente inspirador. La realidad ya se encarga solita de emponzoñar nuestra existencia. Necesariamente, en los tiempos que corren, la comedia es un género cada vez más valorado, pero escaso, ya que muchos guionistas mueren en el intento y se pasan al bando de los "malos". Y es que ya no es un secreto para nadie que hacer reír es más difícil que hacer llorar. Cabrear al personal es relativamente fácil.

Con las noticias pasa lo mismo -con la distancia que pone entre unas y otras la realidad, claro está-. Creemos que tener espíritu crítico es estar todo el día crispado a lo Jiménez Losantos y opinar de cosas que, la mayoría de las veces, ni nos van ni nos vienen. Pero ¿de verdad es necesario? ¿Por qué venden más las malas noticias, los sucesos, la telebasura que las noticias en positivo? En este blog, tendrán cabida todas las informaciones que contribuyan al bienestar de la neurona positiva, aquellas que nos hacen crecer como seres humanos y encarar la vida con optimismo.