Hoy ha vuelto a salir el cielo gris. Y mientras voy al trabajo pienso que tampoco es tan malo, que días como éste tienen un peculiar aire melancólico que invita a la introspección. A mirar adentro. A observarse uno mismo. Y, de repente, no sé por qué, pienso en la película El Piano. Quizá es el mismo cielo. O el mismo estado de ánimo. Definitivamente, el gris nos cambia por dentro y por fuera. A simple vista, nos presenta con un tono diferente, casi apagado, pero en el interior, algo bello se despierta en nosotros. Una verdad que permanecía escondida y que sólo puede aflorar en días grises.
miércoles, 28 de enero de 2009
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2 comentarios:
Al final, mi admirada "neurona positiva" salió el sol, y en un mismo día pudiste sentir el tono gris del cielo y las calles, mirar hacía atrás, recordar y cambiar tu pensamiento sobre algo, y a mediodía contemplarías seguramente el cielo despejado, tuviste algunas ideas más claras, y el trasiego por las calles de tu ciudad te elevaría el ánimo, y operaría en ti un cambio, una sensación de bienestar cuando terminó el día. Bien... quizá fuese así.
ME PARECE UN PENSAMIENTO POSITIVO. ME GUSTA ESTE BLOG
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