domingo, 8 de agosto de 2010


"Los que bailan están locos para quienes no escuchan la música"


¿Tú la oyes?

Por desgracia, no siempre es fácil escucharla. A veces hay tanto ruido a nuestro alrededor que perdemos su latido. Pero sigue estando ahí. Cada uno llevamos una melodía dentro de nosotros, la banda sonora de nuestra Misión.

viernes, 6 de agosto de 2010

Dame una hermana y dime tonto


Siempre he pensado que lo más grande que puedes regalar a un hijo, además de amor, es un hermano. Alguien con quien jugar, compartir, reír y llorar. Alguien con quien crecer y del que aprender. Alguien con quien protegerse de la soledad o los miedos. Tener un hermano es tener un tesoro.

Y como para todo hay estudios científicos, he encontrado una investigación llevada a cabo por psicólogos estadounidenses de la Universidad de Birgham que corrobora mis impresiones. Pero es que, además, el estudio destaca que el hecho de tener hermanas aleja la depresión en la adolescencia, hasta el punto de bajar el porcentaje de riesgo más de la mitad.

Los psicólogos entrevistaron a 395 familias con más de un hijo, al menos uno de los cuales tenía entre 10 y 14 años. Sus conclusiones mostraron que tener un hermano, independientemente del sexo o la diferencia de edad, era un elemento protector. Curiosamente, se observó que la influencia de tener un compañero de juegos podía llegar a ser incluso superior a la influencia paterna, ya que los menores aprendían de sus hermanos sentimientos de generosidad o amabilidad con más frecuencia que de sus mayores.

Y aunque tener un hermano varón resultó ser un elemento protector, son las chicas las que ofrecen un mayor potencial 'antidepresivo'. Esto es así porque, en general, las mujeres tenemos mayor tendencia a hablar y, por tanto, más dotes comunicativas que se pueden canalizar de manera positiva en los afectos.

Los hermanos dan algo que los padres no pueden dar, y viceversa. Gracias a las relaciones fraternales, los sentimientos de culpabilidad, egoísmo o miedo son más difusos. Incluso las habituales peleas entre hermanos pueden tener un lado bueno, ya que ayudan a los niños a controlar sus emociones. Eso sí, si las peleas son graves pueden aumentar la tendencia a caer en la delincuencia juvenil, pero eso ya es otro cantar. Lo normal es que se produzcan pequeños roces por la convivencia que ayudan a madurar y a conocerse, no en vano los hermanos pasan cada día de su infancia juntos, y eso tiene una influencia enorme en el desarrollo de su personalidad.
Dicho esto, soy hija única y soy feliz, aunque en algunas ocasiones he echado en falta un amor filial, más cómplice y menos inquisidor que el paternal. Todo tiene sus pros y sus contras y, en última instancia, nunca sabré qué hubiera pasado en caso de tenerlo. Lo único seguro es que mi vida hubiese sido completamente diferente, porque tener un hermano abre un camino nuevo a toda la familia. Como coger un desvío no provisional.