viernes, 18 de junio de 2010

Un final hollywoodiense made in Spain

Hace unos años no nos lo hubiésemos creído, pero de un tiempo a esta parte estamos empezando a acostumbrarnos al éxito de los españoles (tanto en el ámbito del deporte como en el de la cultura) a lo largo y ancho del planeta. Hemos pasado de intentar 'jugar en la misma liga' de los grandes a formar parte, por derecho propio, de la elite de un universo que antes se nos tenía vetado. Por fin, vamos sacudiendo nuetros complejos y poco a poco (y con mucho trabajo) nos hemos colado en ese espacio que ha estado reservado durante años y años a unos cuantos privilegiados.

Y es que era cuestión de tiempo ver cómo el carácter y el saber hacer español se hacía un hueco entre el resto del mundo hasta el punto de ser un ejemplo de lucha, tesón, esfuerzo, superación y talento en cualquier lugar. Teniendo en cuenta las honrosas (y escasas) excepciones, nuestra tocada autoestima, el abuso exagerado de los tópicos y la tendencia innata a permanecer en nuestro territorio, donde todo es conocido y más cómodo de gestionar, han pesado siempre como una losa en el imaginario colectivo, aun pudiendo poseer todas las demás cualidades para triunfar.

Pero he aquí que desde hace años se ha abierto la veda y ya no hay quien nos pare. Ayer mismo mi neurona bailaba a ritmo de jazz cuando se enteró del segundo anillo de la NBA conseguido por Pau Gasol con su equipo de los Lakers. Y se dice pronto, pero es que hace cuatro días como quien dice, estábamos todos emocionados porque Fernando Martín iba a jugar en la mejor liga de baloncesto del mundo con los Blazers de Portland.

Y eso no es todo. Resulta que el mismo día de la final de Gasol leo en los periódicos que a Penélope Cruz le han confirmado por fin que en el 2011 tendrá su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Ole. ¿Se puede pedir más en un solo día?¿No es para estar orgulloso de esta gente?

Sin embargo, lo mejor de todo esto es que Gasol y Pe son sólo la punta del iceberg. Supongo -y espero- que estos dos ejemplos, así como otros muy destacados, sean únicamente el resultado visible de los innumerables triunfos que se están dando en todos los ámbitos profesionales y que, a pesar de la crisis en la que estamos inmersos, estemos abocados al éxito.

Y si no, que se lo pregunten a los franceses.

miércoles, 16 de junio de 2010

Somos únicos e irrepetibles

Hoy me he emocionado con este vídeo que me han enviado y que muestra no sólo el milagro de la vida sino el estrecho vínculo que se crea entre una madre y su hijo durante la gestación. En mi opinión, no hay acto más amoroso que traer una persona al mundo. Pero una vez fuera de esa especie de limbo que es el vientre materno, el bebé necesitará separarse de su madre para seguir viviendo. El corte por lo sano del cordón umbilical es la primera gran crisis que sufrimos en nuestra vida, por otra parte necesaria para iniciar una nueva etapa existencial. Y ésta no podría desarrollarse sin esa revolución cruenta que hace que pasemos de un estado idílico en el cual todas nuestras necesidades están cubiertas a un estado de incertidumbre continua y de necesidad de socialización. Entonces, sólo con la ayuda del Amor podemos salir adelante, sea cual sea nuestro destino. A veces el camino no es el que esperamos, pero para el que ha dado y ha recibido Amor, la meta siempre será la misma.


lunes, 7 de junio de 2010

¡VAMOS RAFAAA! ...Y Rafa fue.

Rafael Nadal V de Roland Garros y I del mundo. Tras el descanso obligado por las lesiones y algún que otro compromiso publicitario, la vuelta a la rutina y al trabajo constante le ha devuelto el sitio donde merece estar y de donde nadie le va a mover haga lo que haga en Wimbledon.

No tenía ninguna duda de su resurgir. Y si en algún momento hubo un asomo de incertidumbre, se esfumó en el mismo momento en que Rafa aseguró que estaba trabajando duro y que cada vez se veía más fuerte físicamente. Así que sólo era cuestión de tiempo que volviera a hacernos disfrutar con sus victorias, a pesar de que durante un tiempo vimos a un Nadal muy diferente al que nos tenía acostumbrados, fallando bolas que antes dirigía escrupulosamente a la línea o desesperado por llegar a una dejada que ya no esperaba al toque de su raqueta. Sin embargo, el deporte es justo, y superada la falta de horas de entrenamiento, todo ha vuelto al lugar que estaba antes de marcharse.

Y es que Rafa es una apuesta segura y un ejemplo de disciplina para todos. Es verdad que el físico le acompaña, pero el coraje, la concentración y la técnica tan depurada que demuestra en cada partido es lo que lo hace único (aunque esperemos que no irrepetible). Y la forma de celebrar sus triunfos no ha variado nada de la primera vez, conserva la misma ilusión y espontaneidad, lo que dice mucho de su vocación y su amor por el tenis. Ayer lloró abrazado a su toalla, la presión que se impuso para volver a ganar un grand slam había sido demasiada. Para él nada es lo mismo, cada día se enfrenta a un nuevo reto y eso se refleja en su juego y en la mirada del espectador.

Pero ayer ya no existe, por eso hoy estará otra vez en el cuadrilátero. Ahora toca defender la temporada de hierba y sabe que ahora mismo es el caramelo a los pies de la puerta del colegio que todos quieren saborear. Nadie le va a regalar nada, pero confía en sus posibilidades. Si él lo hace, yo no voy a ser menos.

Que sepáis que entramos en una nueva era de Rafa Nadal. A disfrutarla toca.

Y por cierto, ¿no es maravilloso ser español?