lunes, 28 de octubre de 2013

Peluches 'in mente sana'



Si conoces a una persona adulta y autosuficiente, pero al entrar en su cuarto encuentras que tiene una docena de peluches, ¿te echas a correr? Que no cunda el pánico, porque no hay razón para ello: un estudio ha revelado que estos peludos y suaves compañeros no reflejan inmadurez ni son una señal para dudar sobre nuestra salud mental.
Aunque existen antiguos estudios que revelaban que los dueños de peluches eran más propensos a presentar un desorden de personalidad, los investigadores que han estudiado recientemente la regulación de las emociones (desde un punto de vista no sólo fisiológico sino mediante la aplicación de tests de inmadurez psicológica) han concluido que aunque "algunas personas podrían asumir automáticamente que la posesión de peluches por un adulto sea un indicador de la inmadurez del dueño, no hay una asociación de esta posesión con su regulación de emociones y su madurez".
Muy al contrario, abrazar un peluche puede ser muy beneficioso, tanto para un niño como para un adulto. Así que, siéntete libre de conservar tus juguetes y peluches, a pesar de los prejuicios.

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