lunes, 25 de julio de 2011

"Hay quienes pasan por el bosque y sólo ven leña para el fuego"

Qué penica y qué desazón.

Afortunadamente, aún quedan personas con una sensibilidad especial, personas que son capaces de ver en cada cosa que les rodea una magia especial, personas que no se pliegan a los imperativos de lo que se considera 'estrictamente necesario' para la supervivencia.

La verdadera vida, la que merece ser vivida, se contempla desde otro ángulo. La mirada entonces se recrea y deleita entre tanta belleza. Y entonces sólo cabe gratitud. Aquéllos que sólo ven la leña entre el maravilloso paisaje no entienden de sutilezas, pero su visión les llevará inevitablemente, tarde o temprano, a la decepción más absoluta. Aunque durante un tiempo permanezcan calentitos en sus casas.

2 comentarios:

Parrales dijo...

Solo apreciamos la vida cuando nos damos cuenta de que se acaba. Vivimos pensando que viviremos eternamente, y mira que sabemos que vamos a morir. Es un mecanismo de autoprotección. Mientras vivamos, disfrutemos el bosque!!!

Anónimo dijo...

Cuando sólo se valoran las cosas por la utilidad que tienen, no se puede ver toda la belleza que desprenden. ¡Y es verdad que es una pena!