lunes, 5 de octubre de 2009

¿JÓVENES PARA SIEMPRE O ETERNAMENTE VIEJOS?

La revista británica Nature publicó ayer un estudio elaborado por un conjunto de científicos austríacos que asegura que una molécula llamada espermidina podría ser la solución para alcanzar la anhelada 'eterna juventud' celular. Parece ser que los experimentos llevados a cabo hasta el momento con moscas, gusanos y levadura (vamos, lo que pillaron a mano) muestran que la administración de esta molécula prácticamente desconocida para la población es capaz de prolongar significativamente la vida útil de determinadas células.

El envejecimiento de los mamíferos está determinado por los diversos cambios bioquímicos que se producen en sus células, y uno de ellos es la reducción de la espermidina, que se encarga en las etapas tempranas de la vida de favorecer el crecimiento y la maduración celular. Sin embargo, a pesar de esa evidencia, la comunidad científica no había concretado hasta ahora si la espermidina era la causa o el efecto de ese envejecimiento. El reciente estudio disipa esta duda y explica que esta molécula es capaz de reparar el proceso natural de deterioro y necrosis celular ayudando a éstas a eliminar los residuos peligrosos que se van generando e instalando con el paso del tiempo en el corazón de la célula. Así que ahora toca probar qué efectos tendrá en el hombre la aplicación de esta molécula y a través de que vía se administrará.

Pero eso no es todo. Resulta que un reportaje de El Mundo se descuelga también este fin de semana asegurando que más de la mitad de los nacidos a partir del año 2000 alcanzarán los 100 años de edad. Y encima, sin perder calidad de vida, un hecho casi de ciencia ficción para cualquiera de nuestros antepasados. Según otro estudio realizado en 30 países desarrollados (entre los que se incluye España), si la esperanza de vida sigue evolucionando al mismo ritmo que lo ha hecho durante el siglo XX, más del 50% de los bebés nacidos desde el año 2000 podrán, como norma habitual, celebrar su centenario sin muchas complicaciones. Y no sólo vivirán más, sino que también vivirán mejor.

La buena noticia la da un equipo de investigadores de la Universidad de Dinamarca y del Instituto Max Planck de Alemania en la revista 'The Lancet'. Su análisis de distintos factores sociodemográficos y sanitarios les permite afirmar que, incluso si las condiciones de salud de la población no mejoraran durante este siglo, tres cuartas partes de los bebés de hoy día vivirán más allá de los 75 años.

Pero es que aún hay más. La antes inalcanzable meta de los 100 años no es el tope al que puede llegar un individuo. "El incremento lineal en la esperanza de vida observado durante los últimos 165 años indica que no hay, de momento, límite a la vista para la duración de la vida de una persona", escriben los autores. ¿Será posible? Tanto aumenta la esperanza de vida que los expertos en demografía ya no hablan sólo de tercera edad sino que han añadido una cuarta edad para definir a aquellos mayores de 80 años.

¿Y los que disfrutamos de una relativa juventud en estos momentos? ¿Los que estamos entre Pinto y Valdemoro? ¿Qué será de nosotros? ¿Llegaremos a rozar la inmortalidad? Pues no, casi con toda probabilidad que moriremos. Pero eso sí, si los acontecimientos se suceden sin muchas complicaciones, lo haremos más tarde de lo que lo hicieron nuestros abuelos, con menos arrugas, menos dolor y con más experiencias vividas. De momento, es lo que hay, que no es poco. Aunque dentro de, no sé, 100 ó 200 años, todo parece indicar que las generaciones futuras mirarán al pasado y dirán: "¡Qué penica, antes la gente se moría joven, pocos pasaban de los 100 años. Pobres...!". Esto, irremediablemente, cambiará la forma de vivir la vida, aunque hay cosas que, por suerte o por desgracia, dejan poco margen al cambio.

Dicho esto, y a sabiendas de que ambos estudios son reveladores, tengo que decir que tampoco me preocupa demasiado el tema de la longevidad -o incluso de una posible futura eternidad-, aunque sí el de la juventud. No me cuesta asumir que algún día moriré, pero me resisto a dejar de ser joven. Y por juventud entiendo no precisamente tener una edad determinada o más o menos arrugas, sino mantener la pasión por vivir, tener conciencia plena de la vida y, de vez en cuando, contar con la salud necesaria para poder dar saltos de alegría. Poder amar con plenitud, jugar, viajar y reír.

Si puedes hacer todo eso, ¿qué más da los años que tengas?

1 comentario:

way dijo...

En el transcurso de un concierto, la cantante Chávela Vargas dijo: "Me ha dicho Pedro Almodóvar que mis músicos son ángeles que me cuidan, para que yo no tropiece en el camino. ¡Que bonito! ¡Que amable es Pedro Almodóvar!.
Tiene relación aunque no lo parezca.