Hace unos años no nos lo hubiésemos creído, pero de un tiempo a esta parte estamos empezando a acostumbrarnos al éxito de los españoles (tanto en el ámbito del deporte como en el de la cultura) a lo largo y ancho del planeta. Hemos pasado de intentar 'jugar en la misma liga' de los grandes a formar parte, por derecho propio, de la elite de un universo que antes se nos tenía vetado. Por fin, vamos sacudiendo nuetros complejos y poco a poco (y con mucho trabajo) nos hemos colado en ese espacio que ha estado reservado durante años y años a unos cuantos privilegiados.
Y es que era cuestión de tiempo ver cómo el carácter y el saber hacer español se hacía un hueco entre el resto del mundo hasta el punto de ser un ejemplo de lucha, tesón, esfuerzo, superación y talento en cualquier lugar. Teniendo en cuenta las honrosas (y escasas) excepciones, nuestra tocada autoestima, el abuso exagerado de los tópicos y la tendencia innata a permanecer en nuestro territorio, donde todo es conocido y más cómodo de gestionar, han pesado siempre como una losa en el imaginario colectivo, aun pudiendo poseer todas las demás cualidades para triunfar.
Pero he aquí que desde hace años se ha abierto la veda y ya no hay quien nos pare. Ayer mismo mi neurona bailaba a ritmo de jazz cuando se enteró del segundo anillo de la NBA conseguido por Pau Gasol con su equipo de los Lakers. Y se dice pronto, pero es que hace cuatro días como quien dice, estábamos todos emocionados porque Fernando Martín iba a jugar en la mejor liga de baloncesto del mundo con los Blazers de Portland.
Y eso no es todo. Resulta que el mismo día de la final de Gasol leo en los periódicos que a Penélope Cruz le han confirmado por fin que en el 2011 tendrá su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Ole. ¿Se puede pedir más en un solo día?¿No es para estar orgulloso de esta gente?Sin embargo, lo mejor de todo esto es que Gasol y Pe son sólo la punta del iceberg. Supongo -y espero- que estos dos ejemplos, así como otros muy destacados, sean únicamente el resultado visible de los innumerables triunfos que se están dando en todos los ámbitos profesionales y que, a pesar de la crisis en la que estamos inmersos, estemos abocados al éxito.
Y si no, que se lo pregunten a los franceses.
1 comentario:
Más vale un poco de talento y mucha constancia que lo contrario.
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