lunes, 29 de noviembre de 2010

Adiós al bueno de Leslie


A partir de hoy, nos reiremos 'como podamos'. El teniente Frank Drebin ha cumplido su última misión. Una neumonía se ha llevado a uno de los cómicos más queridos de las dos últimas décadas del siglo XX. Y es que durante un -largo- tiempo, pensar en comedia americana era pensar en este hombre de pelo blanco, con pinta de serio, pero torpe y guasón.

Empezó a trabajar en Hollywood muy joven, pero su fama como actor del humor absurdo no llegó hasta 1980, cuando participó en la película Aterriza como puedas, una comedia que pretendía ser una parodia del cine catastrofista que inundaba las salas de cine de finales de los años 70. Así, la película de Nielsen fue pionera en convertir una situación dramática y límite en cómica y absurda. Una de las claves del éxito de la película fue la elección de los actores, que nunca habían participado en comedia y tenían un aspecto serio y cabal. El resultado fue genial, con frases como la que repite Nielsen tres veces a lo largo de toda la película entrando en la cabina del piloto, con gesto muy serio: "Sólo quería desearles suerte. Contamos con ustedes".

A partir de ese momento se especializó en papeles absurdos y personajes impasibles, sobre todo en sus películas-secuelas Agárralo como puedas, donde interpretaba al teniente Frank Drebin. También en las que encarna al presidente de EEUU o al cegato de Mr. Magoo. La de risas que me he echado viéndolas, y las que me echaré recordándolas. Hubo un tiempo en que sólo me apetecía ver películas de Nielsen, e incluso en el baño de mi piso de estudiante teníamos un gran póster de Agárralo como puedas 33 1/3, justo en la pared frente al inodoro. Qué poder el del absurdo.

Dicen que aprendió a ser gracioso de pequeño, porque tenía un padre un tanto violento al que intentaba hacer reír para librarse de un inminente guantazo. Además, su curiosa forma de andar y sus piernas arqueadas las debe al raquitismo que sufrió también de niño. Así que puede decirse que desde su más tierna infancia ya utilizó el drama para darle la vuelta y convertirlo en algo positivo e incluso divertido, como hizo después en sus películas.

Para los amantes de su humor es una noticia amarga. También para Unicef, que pierde a uno de sus más activos embajadores. Pero nos deja su visión disparatada de la vida y un punto desdramatizador de lo cotidiano que viene muy bien en los tiempos que corren. Nos vemos en la próxima saga, Leslie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo es que es verle y partirme de risa todo en uno.