viernes, 8 de marzo de 2013
La felicidad de los niños
Lo que verdaderamente hace felices a los niños podría sorprendernos. La felicidad no es algo que uno pueda darle a un niño como un regalo. De hecho, los niños demasiado mimados (ya sea porque se les den demasiados juguetes o se les proteja emocionalmente en exceso) son más propensos a convertirse en adolescentes aburridos, cínicos y, en definitiva, infelices. Según Edward Hallowell, psiquiatra y autor de The Childhood Roots of Adult Happiness (Las raíces infantiles de la felicidad adulta), "los mejores indicadores de felicidad futura son internos, no externos". Así, lo mejor que podemos hacer es ayudar a los niños a desarrollar recursos internos que puedan utilizar a lo largo de sus vidas.
Para averiguar si un niño es feliz o no, hay que aprender a leer las señales que emite constantemente. Un niño sabe muy bien cómo mostrarnos cuándo algo le hace feliz o lo entristece. Su carita puede iluminarse con una gran sonrisa cuando sus padres llegan a casa o puede llorar desconsoladamente cuando no encuentra su osito de peluche. Las señales muchas veces son obvias: un niño feliz sonríe, juega, exhibe curiosidad, muestra interés en otros niños y no necesita estimulación constante. Y al contrario, las señales de un niño desdichado son igualmente claras: es retraído, callado, no come mucho, no se involucra espontáneamente con otros niños, no juega, no hace preguntas, no ríe ni sonríe y habla muy poco.
Paul C. Holinger, profesor de psiquiatría del Centro Médico Rush-Presbyterian-St. Luke's en Chicago hace las siguientes recomendaciones para criar niños felices:
1.- Hacer sitio a la diversión
Aunque el entretenimiento constante y comer helado de postre puede ser el sueño de todos los niños, lo que realmente les hace más felices es algo más sencillo: jugar con sus padres. Por eso, hay que crear lo que se llama una 'niñez conectada', relacionarse y divertirse con ellos. El juego genera alegría, pero también es la forma en que nuestros hijos desarrollan habilidades esenciales para su futura felicidad. El juego no estructurado le permite descubrir lo que les gusta hacer, lo cual puede orientarlos hacia una carrera o profesión que les satisfará.
2.- Desarrollar sus talentos
La receta de Hallowell para crear felicidad de por vida incluye un aspecto sorprendente: las personas felices son a menudo aquellas que dominan una habilidad. Por ejemplo, cuando un bebé practica cómo lanzar una pelota, aprende persistencia y disciplina, y luego experimenta la dicha de tener éxito debido a sus propios esfuerzos.
También obtiene el beneficio de ganarse el reconocimiento de otros por su logro. Y lo que es más importante, descubre que tiene algo de control sobre su vida: si trata de hacer algo, tiene la satisfacción de darse cuenta de que, con persistencia, llegará a lograr lo que se propone. Los estudios muestran que este sentimiento de control que se experimenta a través de dominar algo es un factor importante que determina la felicidad adulta.
3.- Tener un cuerpo sano
Mucho sueño, ejercicio y una dieta saludable son importantes para el bienestar de todos, sobre todo de los niños. Los pequeños hacen ejercicio de manera innata: enseguida se ponen a saltar, correr, escalar... Por otra parte, es importante prestar atención a poner orden en su vida: aunque algunos niños se adaptan fácilmente a distintos horarios y circunstancias, la mayoría de ellos es más feliz cuando tienen un horario establecido que les permite prever qué va a suceder a continuación.
4.- Dejar que se enfrenten a los problemas
Carrie Masia-Warner, psicóloga infantil y subdirectora del Instituto de ansiedad y trastornos del estado de ánimo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, ve la sobreprotección bienintencionada de los padres como un grave error: “Los padres tratan de arreglar siempre las cosas para sus hijos, tratan de hacerlos felices todo el tiempo. Eso no es realista. Los niños necesitan aprender a tolerar algo de angustia, algo de desdicha. Hay que dejar que luchen, que resuelvan las cosas por sí mismos, porque eso les permite aprender a enfrentarse a los problemas” .
Hallowell está de acuerdo en que permitir que los niños pasen por diversas experiencias, incluso difíciles o frustrantes, les ayuda a llenar la reserva de fuerza interior que conduce a la felicidad. Ya sea que un niño tenga 7 meses de edad y esté tratando de gatear, o que tenga 7 años y sufra dificultades con las sumas y restas, aprenderá a arreglárselas con la adversidad simplemente confrontándola una y otra vez hasta superarla con éxito.
5.- Permitir que muestre su tristeza o enojo
Cuando un niño al que queremos se va a un rincón a hacer pucheros en una fiesta de cumpleaños, nuestra reacción natural podría ser empujarlo a unirse a la diversión, pero es importante permitirle que esté infeliz. A Hallowell le preocupa que “algunos padres se angustian cada vez que sus hijos sufren un poco de rechazo, no los invitan a una fiesta de cumpleaños o lloran porque no obtuvieron lo que querían”.
Los niños necesitan saber que a veces es normal sentirse desdichados. Es, sencillamente, parte de la vida. Y si tratamos de rescatarlo de cualquier desdicha, podríamos estarle enviando el mensaje de que está mal sentirse triste. Necesitamos dejarlos experimentar sus sentimientos, incluyendo la tristeza.
6.- Sé un modelo de conducta
Para bien o para mal, los niños perciben el humor de sus padres. Incluso los bebés pequeños imitan el estilo emocional de sus papás, lo cual de hecho activa vías neuronales específicas. En otras palabras, cuando sonríes, tu hijo sonríe y su cerebro se “prepara” para sonreír. Si disfrutas de las cosas pequeñas de la vida y expresas a menudo qué te hace sentirte agradecido, serás un modelo positivo de conducta para tu hijo.
Eso no quiere decir que haya que esconder las emociones negativas. La tristeza es parte de la vida, pero al mismo hay que mostrar que siempre se puede encontrar un resquicio de esperanza.
7.- Enseñarle a hacer cosas valiosas
A medida que van creciendo, los niños pueden aprender lo satisfactorio que es ayudar a otras personas. Los estudios demuestran que la gente que hace cosas positivas se siente menos deprimida. Incluso los niños pequeños pueden beneficiarse de esta lección.
jueves, 28 de febrero de 2013
Medicamentos para enfermedades olvidadas
También de buenas noticias vive el hombre. En el año dedicado a las enfermedades raras, la fundación Medicamentos para enfermedades olvidadas ha sido galardonada con el premio BBVA por "desarrollar y distribuir tratamientos nuevos y accesibles para enfermedades ligadas a la pobreza", entre ellas, el chagas, la malaria, la leishmaniasis o la enfermedad del sueño.
El jurado de los Premios destaca que desde su creación en 2003, la fundación ha desarrollado y puesto a disposición de los pacientes, a través de los sistemas nacionales de salud, seis nuevos tratamientos para enfermedades olvidadas. Estas patologías afectan a "las poblaciones más vulnerables del mundo", por lo que se han distribuido estos fármacos especialmente en Latinoamérica, Asia y África.
Y es que a estas patologías, que generan el 90% del coste en salud del mundo, se les dedica sólo un 10% de la inversión en investigación.
Las enfermedades olvidadas afectan a mucha población, pero se trata de personas que no despiertan interés económico y que no pueden sostener un mercado, razón por la cual no se realizan inversiones en este sector. Sin embargo, para subsanar esta deficiencia, la fundación ha adoptado un modelo basado en asociaciones como la Organización Mundial de la Salud y la Panamericana de la Salud, autoridades nacionales, agencias regulatorias, institutos de investigación, compañías farmacéuticas y organizaciones no gubernamentales.
Muchos afectados y poco dinero
Se estima que más de 1.000 millones de personas -una de cada seis en el mundo- padece alguna de las 17 enfermedades tropicales consideradas olvidadas por la OMS. Y, de ellas, 500 millones son niños. Estas enfermedades causan medio millón de muertes al año. Si a estos datos se añaden las de otras patologías ligadas a la pobreza como la malaria, la población afectada llega a los 3.000 millones de personas.
La institución es un organismo independiente, autosuficiente y sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mejorar el acceso y la entrega de medicamentos esenciales y suministro médico de alta calidad al precio más reducido para países de medios y bajos ingresos. Nació hace 10 años por la iniciativa conjunta de siete instituciones públicas y privadas: Médicos sin Fronteras, Consejo Indio de Investigación Médica, Instituto de Investigación Médica de Kenya, Ministerio de Salud de Malasia, Instituto Pasteur (Francia), la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, y el Programa Especial para la Investigación y Entrenamiento en Enfermedades Olvidadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con un equipo de unas 120 personas repartidas en sus sedes de Suiza, Brasil, Congo, Kenia, India, Malasia, Estados Unidos y Japón, coordina una red de colaboradores que integra un total de 600 personas que trabajan en contacto con las instituciones públicas y privadas que se implican en cada proyecto concreto.
Implicar a diferentes instituciones
El objetivo es descubrir y desarrollar nuevos tratamientos para las 'enfermedades olvidadas' y para otras ligadas a la pobreza, asegurándose además de que sean accesibles de forma equitativa para la población de los países más desfavorecidos. Dadas las condiciones de los destinatarios, el tratamiento ideal debe tener las propiedades de ser administrado oralmente, ser seguro, eficaz, de bajo costo y corta duración. "El diagnóstico debe ser sencillo y el hecho de que sea oral y de corta duración es para evitar que tengan que desplazarse horas o incluso días para recibir un tratamiento hospitalario", afirman desde la fundación.
Asimismo, la estrategia consiste en detectar la necesidad de un tratamiento e implicar tanto a instituciones públicas como privadas, incluidos laboratorios farmacéuticos, para desarrollarlo, producirlo y distribuirlo. Entre los numerosos éxitos destaca el tratamiento para la enfermedad del sueño: "Fue un gran cambio -dicen desde la fundación-. Era difícil entrar en un hospital sabiendo que al usar medicinas derivadas del arsénico, un 5% de los pacientes iban a morir por la toxicidad del tratamiento. Pero no teníamos otra solución porque la enfermedad del sueño mataba al 100%".
Actualmente se está promoviendo la investigación para tratar otras dos enfermedades: la filariasis y el VIH pediátrico. Así, la fundación tiene en marcha un total de 30 proyectos en diferentes etapas del proceso y 11 de ellos son candidatos a generar nuevos fármacos. Si todo va bien, podríamos tener un tratamiento único para tres enfermedades ligadas a la pobreza con un precio mucho más bajo que los que tenemos ahora mismo.
En definitiva, un poco de luz para tanta sombra.
miércoles, 28 de diciembre de 2011
La actitud cuenta (y mucho)
¿No sería maravilloso que pudiéramos despertarnos todos los días de buen humor, con la autoestima por los aires, encantados de la vida y de todo lo que nos rodea? Para eso no es necesario que las cosas nos vayan siempre bien, sino que nos sintamos agradecidos y orgullosos de lo que tenemos.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Que nadie nos quite las ganas de reír
Un anuncio enternecedor, de esos que nos gustan ver en momentos difíciles.
martes, 20 de diciembre de 2011
Canción de Navidad
Para mí, "Fairytale of New York" (The Pogues) es la más bonita de todas...
La letra no tiene desperdicio, es lo mejor de la canción:
La letra no tiene desperdicio, es lo mejor de la canción:
jueves, 3 de noviembre de 2011
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