Si tienes mal genio, tienes madera de líder

Esto va por ti, Sofía, que últimamente te debes de sentir muy incomprendida. Lo llevas en la sangre y los demás tratamos de hacerte inútiles transfusiones que aplaquen ese carácter que puede llevarte a la gloria o perderte en el fango. Pero tú eres muy lista y sabrás sacarle el mejor partido a esa cualidad tan única y tan auténtica que tienes. Fíjate si podrás hacerlo que hoy me he levantado con la noticia de que para ser un líder hay que tener mal genio. Y a ti a genio (bueno y malo) no te gana nadie, así que ya tienes mitad del camino hecho.

Resulta que desde el punto de vista psiquiátrico, los desmanes que tienen algunas personas -especialmente en el terreno político y artístico- obedecen a una personalidad común entre los mandatarios y, por lo general, no son signo de ninguna enfermedad extraña. A lo que sí parece que responde, según algunos expertos, es a lo que se conoce como trastorno explosivo intermitente. Se trata de un temperamento que a veces tiene un componente familiar y que lleva a estas personas a experimentar ataques de ira muy fuertes por motivos irrelevantes. Eso sí, acto seguido se arrepienten y, fuera de estos episodios, los especialistas indican que "tienen un nivel de agresividad normal, aunque con pequeños brotes sin consecuencias importantes, ya que con el tiempo logran controlarse". Pues vamos a darte tiempo, Sofi. Seguro que en unos años serás una mujer maravillosa. Aunque para nosotros, ya lo eres.