lunes, 12 de enero de 2009

El último rincón del mundo

Es ése al que alguna vez me gustaría escapar. Un lugar que está ahí esperándome si lo necesito y que puedo disfrutar en soledad. Donde nadie puede dar conmigo, donde mi cuerpo se confunde con la tierra, que a su vez se confunde con el cielo. Donde no importo nada de nada. Un rincón muy lejano donde no hay visos de maldad, donde todo es tan bello que te olvidas de que existes...
Ese lugar bien podría ser la Antártida.
Una belleza cada vez más frágil que es necesario conservar.
...

Para muchos, el paisaje que circunda el Polo Sur es el termómetro que marca el estado de todo el planeta. Si las cosas van mal por ahí, es que en el resto del mundo van a ir peor. En las últimas décadas los polos se han calentado más del doble que el resto del planeta, lo que podría amenazar a sus especies únicas y también al sistema climático mundial. Esto es así porque las corrientes oceánicas están ligadas a lo que ocurre en los polos.
Pero no todo son malas noticias en la viña del Señor. Pese a esta visión catastrofista de un hecho probado (el calentamiento global), existen algunos datos esperanzadores. La Antártida alberga alrededor del 80% del agua dulce del planeta, y, aunque algunas zonas (como la occidental) están experimentando una pérdida de hielo, los últimos estudios muestran un crecimiento del hielo marino antártico muy superior a dicha pérdida, una tendencia que, además, se encuentra en oposición a la que se venía dando desde la última glaciación. Según el profesor Curt Davis, de la Universidad de Missouri, la Antártida es "el único gran cuerpo de hielo terrestre que está ganando masa en lugar de perderla".
Sin embargo, mapas satelitales de la NASA indican que el calentamiento global en el período 1998—2008 ha acelerado un 75% el deshielo del continente antártico. Éste es mayor en las zonas de latitudes y altitudes más bajas, las cuales se encuentran en la Antártida Occidental.
Estos datos contradictorios tienen una explicación: las zonas cercanas a la costa están sufriendo una acelerada fusión de los hielos; por contrapartida, las áreas centrales parecen estar teniendo un incremento de los hielos que quizás se explicaría precisamente (y paradójicamente) por el aumento global promedio de las temperaturas: al haber unos pocos grados más de temperatura es posible que el centro del continente antártico esté recibiendo flujos mayores de humedad atmosférica que rápidamente se precipitan en nieve y luego se transforman en capas estratificadas de hielo nuevo. Así, esta capa de hielo absorbe una cantidad sustancial de la masa oceánica en forma de nieve, lo que frenaría el aumento del nivel del mar.
El propio profesor Davis reconoce, sin embargo, que este fenómeno sólo funcionará por un periodo de tiempo determinado, ya que la nieve comenzará a derretirse. Además, el ritmo de crecimiento de la capa de hielo es más lento que el derretimiento de la nieve en la costa, motivo por el cual tenemos que poner medidas cuanto antes.
Entre las acciones que se llevarán a cabo estos días para concienciar a la población sobre los efectos del cambio climático destaca la edición del álbum fotográfico 'Antártida. Una llamada para el futuro sostenible' (Editorial Lunwerg), un documento gráfico en el que se plasma el resultado de meses de trabajo en el continente helado. Así, el libro presenta escenas de pura belleza antártica, que reflejan la serena monumentalidad del casquete polar, pero también incluye estampas sobre la huella del hombre: desde los restos abandonados por balleneros durante el siglo XIX y el XX hasta los icebergs en fusión por el calentamiento.
Sebastian Copeland es el autor de todas las instantáneas del álbum, un activista de la ong Global Green USA. La obra recoge las fotografías que realizó entre 2006 y 2007 viajando en el buque científico Ice Lady Patagonia.
Las imágenes, desde luego, son impresionantes:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este tipo de instantáneas de la naturaleza, nos hace recordar lo privilegiados que somos por ser poseedores del sentido de la vista. Vemos todo y todos los días casi todos, y nos parece corriente algo que no lo es en absoluto; el don de ver la belleza. Los ojos despiertan al cerebro en todo su esplendor, y despliegan su poder en muchas personas para que trabajen en cualquier ONG, con el objetivo de que la belleza (material y espiritual) no se convierta en fealdad, en volver bello, lo que ya era bello desde su nacimiento y la sociedad lo ha contaminado.