miércoles, 17 de diciembre de 2008

El camino está desandado, ¿quién lo andará? El andador que lo desande, buen desandador será


A veces pienso que damos tímidos pasos al frente para luego poder volver atrás con más facilidad, porque ya conocemos el terreno. Luego, lo volvemos a intentar por el camino que no escogimos en un principio y nuestros pasos se tornan firmes y confiados. Y es que, en ocasiones, estas 'desandadas' son necesarias, bien porque alguien te hace ver que esa senda no lleva a ningún sitio, o bien porque a medida que vas andando tu intuición te manda señales de que debes regresar al campamento base.

Pues bien. Esta mañana, los eurodiputados del Parlamento Europeo han hecho volver sobre sus pasos a los ministros de Trabajo de la UE (excepto al español, que no aprobó el acuerdo, entre otros), tras rechazar por mayoría absoluta la Directiva de las 65 horas, una norma que hubiera permitido ampliar la jornada laboral de 48 a 65 horas semanales en toda la Unión Europea y dar libertad, tanto al empresario como al trabajador, para acordar el tiempo de trabajo. Para muchos ciudadanos europeos, la posible puesta en marcha de esta directiva hubiese significado un retroceso en los derechos de los trabajadores. Y seguramente sería así. Pero lo bueno del asunto es que con la aprobación, por parte del Parlamento, de algunas de las enmiendas a esta norma, los ministros de Trabajo se verán obligados a corregirlas, a redactarlas de nuevo y, probablemente, a hacerlo mucho mejor.

Entre las enmiendas aprobadas está la de Alejandro Cercas, parlamentario socialista español, que pidió que fuera considerado tiempo de trabajo la totalidad del tiempo que un médico, por ejemplo, está de guardia, incluyendo los periodos de descanso o inactivos.

Otra de las enmiendas aprobadas afecta a los británicos y a los trabajadores de otros 14 miembros de la UE, en cuyos países funcionan las excepciones al límite de 48 horas (las llamadas opt-out) y que permiten también alargar las jornadas semanales. Sin embargo, ahora, según la versión enmendada por los eurodiputados, esta excepción debe ser suprimida después de un periodo de transición de tres años.

Pero lo más esperanzador de todo, lo que me hace recuperar una chispa de la confianza perdida en los diputados del Parlamento europeo, es que para lograr el bloqueo de la directiva era necesario que alguna de las enmiendas lograra la mayoría absoluta, es decir, 393 votos. Para que esto se produjera, los eurodiputados, necesariamente, han tenido que votar en masa contra sus gobiernos y contra la directiva, de manera que, finalmente, algunas enmiendas han logrado más de 500 votos. A su vez, esto significa que, además de socialistas y grupos de izquierda, dichas enmiendas han sido apoyadas por muchos eurodiputados, incluidos los del Partido Popular Europeo, que, a priori, apoyaban el texto.

A partir de este momento, se abre un nuevo periodo de negociación de 90 días denominado "de conciliación", entre el Parlamento y el Consejo. Si no se llega a ningún acuerdo, el texto original caerá en saco roto. Veremos si entre todos volvemos a hacer camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La clase política avanza lentamente. Esta noticia nos hace deducir o considerar que nos espera un futuro mejor con los políticos.