martes, 9 de diciembre de 2008

FREDERICK E. AUSTERLITZ: "El Príncipe de la Danza"

Así se llamaba en realidad el conocido actor y bailarín Fred Astaire. De padre austríaco (no podía ser de otra manera con ese apellido) y madre estadounidense, parece ser que despuntó en esto del baile ya a los cuatro años en las actuaciones escolares junto a su hermana Adele. Ya me veo a esos padres yendo al cole a ver actuar a sus hijos en el festival y diciendo: "pues parece que a los niños se les da bien bailar, mira qué graciosos". Tan bien lo hicieron que en 1905, cuando Fred sólo tenía seis años y Adele nueve, decidieron tomar el nombre artístico de Astaire para sus actuaciones vodeviles. Hasta que en 1917 debutaron juntos en Broadway con "Over the top" y se convirtieron en uno de los dúos de baile más famosos entre los aficionados a la comedia musical.

Pero Adele se casó con un admirador aristócrata y se retiró del asunto (algo habitual en las mujeres de entonces), dejando a su hermano más solo que la una. Así que éste decidió hacer lo mismo y se casó también. Pero gracias a Dios no le copió en lo de abandonar el baile. Al contrario, quiso probar suerte en Hollywood, aunque su primer cásting arrojó un resultado un tanto desolador. En el informe de la prueba ponía: "No sabe cantar. No sabe actuar. Con entradas. También baila algo". Ese "algo", sin embargo, fue lo que finalmente marcó la diferencia y consiguió debutar en 1932 con un papel secundario en "Dancing Lady", junto a Joan Crawford y Clark Gable. Al año siguiente, haría pareja por primera vez con una rubia actriz llamada Ginger Rogers en la película "Volando hacia Río de Janeiro", donde aparecían como actores de reparto. Pero su número llamó tanto la atención al público que la productora RKO les propuso encabezar el reparto de "La Alegre Divorciada" en 1934. A partir de ahí, fueron pareja durante 9 producciones más y cosecharon montones de éxitos con "Sombrero de Copa", "Sigamos la flota" o "swing Time", entre otras.

Pero a comienzos de los años 40 decidió romper la pareja con Ginger y no volver a actuar de forma continua con ninguna otra. Así, protagonizó con diversas actrices muchos otros trabajos. En "Melodías de Broadway" actuó con Cyd Charisse y en "Una cara con ángel" lo hizo con Audrey Hepburn. En 1974, su actuación en "El coloso en llamas", le valió una nominación al Oscar como mejor actor secundario, aunque en 1949 ya había ganado un Oscar honorífico "por su virtuosismo y contribución al arte de la comedia musical".

A Fred Astaire daba gusto verlo bailar. Tanto, que es uno de los personajes favoritos de millones de neuronas positivas en todo el mundo. Es verdad que físicamente era poca cosa, un poco calvo, no muy alto y demasiado delgado. Era casi lo opuesto a su gran rival -aunque amigo- de la época, Gene Kelly, un tipo con muy buena presencia, varonil, fuerte, pasional... Y, por cierto, con un hermano también bailarín llamado Fred. Pero su enorme talento eclipsaba todo lo demás. Era un innovador y tenía una gran capacidad de improvisación. Sus pasos de baile han sido imitados por todos, desde actores, cantantes y bailarines hasta una servidora en el salón de su casa (previa retirada de sillones, mesas de centro y todo lo que estorbara). Rudolf Nureyev y Michael Jackson (otro que fue descubierto en un festival escolar) lo consideraban el mejor bailarín del s.XX. Y es que la ejecución de una rutina de baile de Astaire era impresionante por su elegancia, gracia, originalidad y precisión. Reunió influencias del claqué, ritmos afroamericanos y baile clásico para crear un estilo de baile único y reconocible en todo el mundo. Era perfeccionista, pero también modesto y considerado hacia sus artistas prójimos, aunque su insistencia en ensayos y nuevas tomas fue un quebradero de cabeza para algunos.

Tanta modestia le llevó a decir en muchas ocasiones que no sabía cantar, pero lo cierto es que interpretó algunas de las canciones más célebres del Great American Songbook. Hace poco, viendo la última campaña de Movistar recordé la versión de Astaire de "Puttin' on the Ritz". Es genial. ¿Quieres ver el vídeo?


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Gracias por recodarnos un género tan alegre como el musical!

Anónimo dijo...

¡Que dominio del cuerpo! ¡que dominio del ritmo! ¡que buen actor! ¡que alegría produce su puesta en escena!